
Con el Teatro Flores completamente colmado, Massacre dió un show cargado de energía, comunión y celebración, reafirmando su vigencia y su lugar como una de las bandas más influyentes del rock argentino. Durante las dos horas de show, el público acompañó cada canción con una intensidad que convirtió la noche en un encuentro íntimo y explosivo a la vez.
Desde la apertura de puertas, fans de distintas generaciones comenzaron a llegar, muchos luciendo remeras históricas y símbolos que recorren los más de treinta años de trayectoria del grupo.
Walas subió al escenario con la remera de “Terrores Nocturnos”, la banda soporte del concierto y liderada por Marcos Aramburu. El show inició con “Sofía, la Súper Vedette” y recorrió las distintas etapas del universo Massacre, incluyendo su más grande hits como “La Octava Maravilla” y “Tanto Amor”. También tocaron canciones de su más reciente trabajo Nueve —producido por Gustavo Santaolalla y ganador a Mejor Álbum de Grupo de Rock y Mejor Producción en los Premios Gardel 2025—, así como los clásicos que definieron la identidad artística de la banda, generando algunos de los momentos más celebrados de la noche.
Antes de finalizar el show, Walas apareció vestido de chef —delantal, cacerola en mano, cuchara y guante— en alusión a su reciente paso por Masterchef. Entre risas, lanzó: “Seguramente vuelva… ¡y ganaré!”.
Con este concierto, Massacre cierra un 2025 lleno de movimiento, desafíos cumplidos y energía renovada, y se prepara para un 2026 con nuevos horizontes por explorar.
